Cine: Cloverfield

También conocida como la película que vi con mis amigos Fran y Roberto en La Orotava dentro de la sala 12. Sí, me niego completamente a mentar el patético título que se le ha dado en España. Cloverfield no ha sido creada con pretensiones de cine experimental ni nada por el estilo. Cualquiera puede darse cuenta enseguida que su técnica de grabación y puesta en escena es similar a cintas anteriores como El proyecto de la Bruja de Blair o REC.

Pero tras un argumento que muchos han tachado de insípido y unos personajes muy humanos, retratados al menos a mi parecer, de forma realista, se halla la maldita experiencia más acojonante que he vivido en mis treinta años de vida dentro de una sala de cine. ¿Exagero? Es muy posible, pero yo soy así, entusiasta. Sólo hay que intentar imaginarse la sensación que produce vivir junto a los protagonistas -a ritmo de cámara en mano- un ataque sorpresa a la ciudad de Nueva York por una desconocida bestia que siembra el terror a su paso, y no calza un número pequeño, precisamente.

Lo que para muchos es un mareo y una decepción, ya que durante el film no se nos dan pistas sólidas acerca del origen de su atacante, es para otros una apasionante búsqueda de datos a través de Internet -hay que recordar la agresiva campaña vírica con la que se promocionó- que incluye una corporación con oscuros secretos, un sospechoso refresco especialmente adictivo, un grupo al que se tacha de ecoterrorista, y muchas incógnitas que hacen las delicias de los que no se conforman únicamente con lo que les ofrece la gran pantalla.

Para saber todo lo relacionado, tan sólo hay que sentarse delante del ordenador y empezar a buscar información. A estas alturas no es poca precisamente la que fluye por la gran Red de unos y ceros. Como hoy me siento generoso, os daré un punto de partida, pero el resto del viaje corre de vuestra cuenta, ¿trato?

Cloverfield en la Wiki.

Más información (La Butaca).