Cine: 2012

Lo creáis o no, anoche fui al cine (gracias a Fran y a Robert). Hacía meses que no pisaba una sala de cine, principalmente por falta de tiempo y por motivos de salud que no vienen a cuento ahora.

La película elegida no será la mejor que vea este año, pero al menos me lo pasé bomba durante 2 horas y media (no habría estado mal un poco menos de metraje, pues en ocasiones era un factor adverso), en las que el único pretexto para sentarse en la butaca es ver cómo el equipo de efectos especiales a la orden de Roland Emmerich mandan el mundo, tal y como lo conocemos, a las profundidades del averno.
El gusto por la destrucción del señor Emmerich se asemeja más a las tendencias del cine japonés que a los productos hechos normalmente en Alemania, y en esta última cinta se quita el mar sabor de boca que nos dejó a todos con esa infamia de truño llamada '10000 BC'.

El que busque ver una película equilibrada, con un buen guión, soberbias interpretaciones y, por qué no decirlo, una notable banda sonora, que se quede en casa. El que haya visto el trailer y guste de películas catastróficas sin buscar mayor profundidad, ya puede ir comprando las entradas y prepararse para ver la destrucción del mundo como jamás se había visto antes. El nivel de detalle de los efectos especiales y lo explícitas de algunas situaciones llegan a causar vértigo.

PD: Una pena que el director germano rompiese sus relaciones con el fantástico compositor David Arnold tras su desacuerdo en la película 'El Patriota'.

Más información (La Butaca).
Ficha en IMDB (Inglés).