Me considero un ignorante...

Como digo en el título de esta entrada, me considero un ignorante. Pero no ya en cosas tan triviales como puedan ser materias específicas tales como geografía e historia -que de hecho lo soy- sino un ignorante en muchísimos aspectos de la vida. Supongo que como siempre he pensado que he vivido poco para mi edad, lo achaque a eso. Pero igualmente, esta noche -de hecho hace escasos minutos- he hecho una reflexión y por eso escribo ahora estas líneas.

Se trata de algo muy simple en realidad. Una de las cosas en las que se me podría tachar de ignorante es por no ser un gran conocedor del cosmos, ni de las constelaciones o estrellas. Pero eso no me impide que, cada vez que sienta el impulso de levantar la vista en una noche despejada, no pueda disfrutar de las estrellas. De hecho es algo que me encanta hacer, como cuando subo -ya sea solo o con amigos- al Llano de Ucanca en Verano para, en la absoluta quietud de la noche, quedarme embobado mirando la inmensa e indescriptible belleza del cielo tachonado por millones de luces titilantes... Me quedo como hipnotizado, y me estremezco al darme cuenta de lo ínfimos que somos al lado de algo tan vasto y viejo como es el Universo. Es simplemente, sobrecogedor.

Así que he pensado que si puedo disfrutar tanto de una noche estrellada, aunque no sepa los nombres de las constelaciones que observo; quizá igualmente pueda disfrutar de esta vida, aunque considere que desconozco el significado de muchísimas cosas. Imagino que el secreto consiste en nunca dejar de mirar para seguir maravillándome.